lunes, 26 de agosto de 2013

¿PARA QUÉ RECORDAR?. LA EXPOSICIÓN "YUYANAPAQ" Y UN FORO UNIVERSITARIO



Gonzalo Gamio Gehri


El sábado estuve en la PUCP en un encuentro de estudiantes de diferentes universidades del país, un evento organizado por la RIDEI sobre La Universidad y el reconocimiento positivo de la diversidad cultural. El Foro Nacional contó con la participación de estudiantes de la UNT, UNSCH, UNSAAC, UNSM, UNAJM, PUCP. Era el último día y los alumnos programaron una visita guiada a la exposición fotográfica Yuyanapaq, el más importante archivo fotográfico sobre el conflicto armado interno. La visita contó con la presencia de los profesores Iván Hinojosa y Natalia Consiglieri, que han dedicado muchos años al estudio de nuestra historia reciente. A la vuelta de la exposición, tuvo lugar una mesa redonda – y una plenaria – para la que fuimos invitados el sociólogo Lars Stojnic y quien escribe estas líneas. Yo acababa de dar mi primera clase en la Maestría de Ciencia Política y Gobierno, habíamos comentado el tema del conflicto en el aula y tenía un esquema entre manos, que ponía énfasis en la idea ético-política de Reconciliación.

Los jóvenes que estaban en la sala no habían vivido el conflicto armado, pero con toda seguridad habían escuchado por boca de sus padres y otros familiares acerca del temor y del sufrimiento imperante en aquellos años. Algunos alumnos venían de Andahuaylas y de Ayacucho – estaban presentes algunos muchachos que estudiaban en la Universidad San Cristóbal de Huamanga -; uno de ellos contó que había perdido un pariente cercano durante el conflicto. Todos estaban visiblemente conmovidos por lo que habían visto, y se preguntaban cómo había podido suceder esto en el Perú, y hoy contar con el silencio de buena parte de los políticos y “líderes de opinión”. Un estudiante ayacuchano comentó que, al ver muchas fotos, podía reconocer lugares que le resultaban familiares, así como situaciones  conocidas en el día a día de la zona. “Podríamos haber sido nosotros”, señaló. Y lo mismo podríamos decir todos los que participábamos en la conversación, pues el conflicto, en su etapa más cruenta, laceró casi la totalidad del territorio nacional.

“¿Para qué recordar?” preguntaba un estudiante de Andahuaylas a Iván, a Lars y a mí. Respondí a partir de la necesidad de establecer garantías de no repetición desde el Estado y la sociedad civil - un poco en la línea de lo planteado en mi libro Tiempo de memoria y de lo que he escrito más recientemente sobre este tema – y de implementar políticas de justicia y reparación para las víctimas, tratadas como no-personas por la insania terrorista y por malos militares y policías. El descuido y la indolencia de los gobiernos frente a la población afectada por el conflicto y el anhelo de silencio e impunidad presente en un  extenso sector de las fuerzas políticas, ha contribuido a generar desaliento y escepticismo entre muchos peruanos. Desde hace años tanto el conservadurismo ideológico y mediático como el Movadef persiguen instalar formas de amnesia moral y política frente al conflicto: curiosamente, los extremos políticos se encuentran en una misma cruzada de silencio. Sin un ejercicio riguroso y honesto de memoria – cabalmente “público” – podemos dejar sin examinar y sin erradicar las condiciones de la violencia. El Informe Final constituye una herramienta útil – no la única, pero sin duda una investigación sumamente lúcida y comprometida con la causa de los derechos humanos – para aproximarse al estudio de las causas del conflicto armado interno. Depende de los ciudadanos del Perú y de sus instituciones que esta situación se revierta, y que nuestra sociedad emprenda la ruta de una genuina reconciliación social y política.

Iván cerró el evento con una esclarecedora reflexión en torno a la complejidad de las tareas de la memoria en el Perú, y de cómo la propia exposición Yuyanapaq podría verse seriamente mutilada y “adaptada” a una versión menos realista de la historia reciente para usos de constituir un Lugar de la memoria menos "polémico". Alguna vez he discutido este tema en este medio. Como se sabe, desde hace un tiempo  los impulsores del Lugar de la memoria se han propuesto (por razones políticas) desdibujar el carácter central del mensaje de la CVR en cuanto a la concepción de este espacio en construcción. Se trataría de "suavizar" la exposición  según las expectativas y los intereses de los políticos que quieren hacer del Lugar de la memoria un espacio “domesticado” y limitado, más afín a un espíritu de negociación política antes que a la búsqueda de la verdad. Una situación preocupante, aunque también previsible. El reto de la CVR y de quienes consideramos importante su aporte a la reconstrucción histórica de la tragedia vivida, consiste en defender la integridad de Yuyanapaq. De lo que se trata es de generar conciencia crítica y no de propiciar una visión atemperada de la historia.


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